En vista del fracaso de las negociaciones en Ginebra, decidió el gobierno colombiano impartir la orden de ataque a Güepi, en momentos en que los torrenciales aguaceros convertían en cenagales la tierra firme y los soldados teníen que avanzar con el lodo a la cintura. Güepi estaba defendido por 500 soldados debidamente atrincherados en Cachaya y Güepi, erizados con nidos de ametralladoras y cañones Krupp de 75 mm. El coronel Rico dispuso el nuevo plan de operaciones, asi: con centración en el islote de Chavaco de un batallón de infantería y una sección de artillería. La flotilla fluvial, al mando del mayor José Dolores Solano, componíase de los cañoneros "Santa Marta" y "Cartagena", las lanchas "Sinchi Roca" y "Huayna Capac", 4 canoas motores y 12 lanvhas a canalete. En el cañonero "Santa Marta" se encontraba a bordo el coronel Rico u su Estado Mayor, compuesto por los mayores Luis F. Lesmes, Ananías Téllez y Julio Guarin. 150 hombres de infantería de desembarco al mando del capitán Luis Uribe Linares, los tenientes Deogracias Fonseca, Mario Garcia, Carlos Manrique y Francisco Benavides. Como capitán del cañonero actuaba el teniente de artillería Luis A. Baquero Herrera; segundo commandante, el sub-teniente Elrén Salcedo Victoria; oficial de Sanidad, el oficial de Marina Carlos Cajiao Candía; comandante de la bateria de ametralladores, el teniente Juan Lozano y Lozano, a su vez distinguido periodista, escritor y poeta, y 48 tripulantes. El Santa Marta era el único barco equipado de radio, operado por Charles Killy y José M. Vásquez. Capitán del Cartagena, el teniente de artillería Hernando Mora Angueira. A bordo, el mayor José Dolores Solano. Commandante de la batería de ametralladoras: sub-teniente José María Pacheco. 30 tripulantes y 150 individuos de tropa al mando del capitán Alfonso Collazos y teniente José M. Pacheco Céspedes. Oficial de Sanidad, el doctor Victor Rodriguez. En medio de la oscuridad de la noche del 25 de marzo de 1933, 150 hombres fueron desembarcados en la oscuridad del Santa Marta, bajo el mando del capitán Luis Uribe Linares, en territorio enemigo. A las 2 de la mañana, el Cartagena desembarcó en la parte alta, o sea en la desembocadura del rio Güepi, y cerca a las posiciones enemigas en aquel sector, la compañía del capitán Alfonso Collazos, con la misión de avanzar por aquella orilla del rio para cortar la retirada enemiga. En penoso avance, con el lodo a las rodillas, avanzaron burlando la vigilancia enemiga. 06.0 horas del 26 de marzo. El frente de combate entre el Cartagena y el Santa Marta abarcaba una extensión de 5,000 metros. El enemigo, sorprendido por tan temeraria maniobra, ocupó las trincheras y puso en acción sus ametralladoras y cañones. 07.0 horas. 6 hidroavíones colombianos, al mando del coronel Boy, se abrieron en dos escuadrillas picando sobre las fortificaciones de Güepi, soltando sus cargas de 50 kilos de TNT, en coordinación con el fuego artillero del Cartagena, mientras las ametralladoras de la infantería colombiana barrían los objetivos de Güepi. Santa Marta, a su vez, natía el fuerte Cachaya, buscando silenciar los cañones enemigos, demasiado peligrosos para la flotilla fluvial. Ametralladoras pesadas y baterias del fuerte dirigían sus bocas de fuego sobre el Santa Marta. La infantería colombiana avanzaba paralelamentea los cañoneros, tomando en ángulo muerto las posiciones enemigas. Seis heridos fueron conducidos en un bote a Chavaco. 09.0 horas. Una compañía de fusileros comandados por el capitán Ernesto Veloza atravesó el rio a bordo de un planchón, en apoyo de Uribe Linares, que peleaba en las peores condiciones, para evitar el envolvimiento de la infantería peruaná. El planchón, barrido por el fuego cruzado de las ametralladoras, no pudo ser contenído. Finalmente, en serena maniobra, el capitán Valoza efectuó el desembarco, desde la cubierta del Santa Marta. La acción desconcertó al enemigo. Al caer el fuerte Cacgaya, los peruanos concentraron su resistencia en Güepi. Pero el Santa Marta enfiló proa en apoyo del Cartagena, que se batía contra el fuerte Güepi. Dos kilómetros de penoso recorrido. En este trayecto, el Santa Marta recibió el fuego concentrado de nidos de ametralladoras. Es el momento en que Juan Lozano y Lozano describe; "El golpe de las granadas y del sharpnell en las fortificacions produce una hecatombe. De lejos se ve levantarse a varios metros de altura luego ensombrecer el ambiente como una densa nube. Que al dispersarse, muestra las paredes desplomadas, el maderamen en fragmentos, leprosos los nidos de ametralladoras, y aqui y allá en el suelo, inmensas troneras humeantes." El Cartagena prosiguió aguas abajo hacia el fuerte Güepi para coordinar la acción con el Santa Marta, que navegaba en via contraria. En medio de nutridísimos fuegos cruzados, en 15 minutos, el Cartagena consiguió forzar el peligroso paso de Güepi, al precio de 8 bajas en sus tripulaciones. En contacto con el Santa Marta, concentraron sus fuegos liquidando la última resistencia del enemigo, que emprendió la retirada hacia Pantoja. 12.0 horas. El sargento Néstor Ospina izó en las alturas de Güepi el glorioso pendón tricolor. Doce soldados peruanos cayeron prisioneros al encasquillarse la ametralladora del valeroso teniente Teodoro Garrido Lecca, a quienes atendieron generosamente los vencedores ante la sorpresa de los peruanos, que fusilaban sin fórmula de juicio a los prisioneros, como ocurrió en Iquitos con el agente José María Hernández. El cañonero Cartagena llevó la peor suerte del combate con 78 impactos, que en su mayoría causaron perforaciones. El Santa Marta registró 60 impactos, que no afectaron el casco. Según el parte oficial, las bajas colombianas ascendieron a 8 muertos y 9 heridos y las bajas peruanas fueron estimadas en 10 muertos, 2 heridos y 24 prisioneros. Material de guerra capturado: 4 ametralladores, 40 fusiles y gran cantidad de municiones. Se considera que las bajas enemigas pasaron de 80 muertos y mucho más heridos. Duración del combate: 5 horas. 45,000 cartuchos de fusil disparados, 120 granadas de artillería y 40 bombas de aviación de 50 kilos de TNT. Es important destacar que de los 1,000 hombres que conformaron la campaña del sur, murieron 350 por enfermedades como el beriberi, la amebiasis, fiebres perniciosas, o ahogados, desaparecidos en la selva, atacados por reptiles venenosos, cifra que constituyó el 40% de las bajas. El 60% fue evacuado a los hospitales de Caucaya o Bogotá. Source: Historia de las Fuerzas Militares de Colombia: Armada chapters 12, 13 & 14 by Prof. Jesús Torres Almeyda. Back to Table of Contents: Booklet No. 7, Leticia Conflict Back to El Dorado List of Issues Back to Master Magazine List © Copyright 1998 by The South and Central Military Historians Society This article appears in MagWeb (Magazine Web) on the Internet World Wide Web. Other military history articles and gaming articles are available at http://www.magweb.com |